Split y el Palacio Diocleciano

Split es una de las ciudades más visitadas de Croacia por su gran interés histórico y su buena comunicación con otros destinos. La ciudad está situada en la costa a unos 220 kilómetros de Dubrovnik y a unos 370 de Zagreb. El aeropuerto está situado a unos veinte kilómetros de la ciudad y tiene algunos vuelos directos desde varias capitales europeas. Su puerto tiene conexiones con Italia y con varias islas y ciudades croatas. También tiene una estación de tren que permite viajar a las ciudades del norte del país.

El recorrido entre Dubrovnik y Split se puede realizar en barco saltando de isla en isla, pero lo más habitual el hacerlo por carretera. El trayecto atraviesa una estrecha franja de Bosnia Herzegovina por lo que hay que mostrar el pasaporte en los puestos fronterizos. Habitualmente se tardan unas 4-5 horas entre las dos ciudades, dependiendo de la espera en los trámites de salida y entrada. Nosotros tardamos bastante más por una intensa tormenta que retrasó la entrada en Split.

El principal lugar de interés en Split es el palacio del emperador Diocleciano que prácticamente ocupa todo el centro histórico. Fue construido en el siglo IV para que el emperador lo habitase tras retirarse de la vida política. Se utilizó mármol italiano, griego y de la isla de Brač, así como columnas y esfinges de Egipto. El conjunto tiene forma rectangular y está completamente amurallado para defender a la ciudad de los enemigos. El recinto continuó siendo habitado durante siglos hasta la actualidad.


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Dubrovnik

Casi todos los circuitos por Croacia comienzan o terminan en Dubrovnik. Posiblemente esta ciudad sea la más bonita del país y su destino turístico más importante. En temporada alta miles de turistas llegan en autobús hasta la puerta de Pile donde se inicia el recorrido por la ciudad. Dubrovnik es una parada fundamental en los cientos de cruceros que recorren el Mediterráneo, lo que hace que en ciertos periodos del día el número de visitantes sea excesivo pues la ciudad no es muy grande. En todos los viajes recomiendo madrugar mucho, pero en el caso de esta ciudad es imprescindible levantarse lo antes posible si queremos pasear y disfrutar tranquilamente.

El aeropuerto de Dubrovnik está a unos 25 kilómetros al sur. Para llegar a la ciudad se pueden utilizar unos minibuses que paran frente a la terminal, llegan hasta la puerta de Pile, y luego continúan hasta la estación de autobuses interurbanos que está muy cerca del puerto moderno y de la zona de Lapad. El alojamiento en el casco histórico es bastante caro y escaso para acoger a todos los visitantes, por lo que muchas personas se desplazan hasta la zona de Lapad y alrededores. Si posteriormente vais a realizar un circuito utilizando el transporte público os recomiendo la segunda opción, pues os facilitará la conexión con las islas y otras ciudades.



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Organizando un viaje a Croacia

Ya han pasado casi veinticuatro años desde que realicé mi primer gran viaje. Con un presupuesto muy escaso pude comprar un billete de Interrail de los que antiguamente permitían recorrer toda Europa en tren a los jóvenes de menos de 26 años. Nuestro recorrido fue muy largo y pudimos visitar algunas zonas de Suiza, los lagos del norte de Italia, Hungría y Yugoslavia. Un año más tarde comenzaron las terribles guerras de Yugoslavia que condujeron a la disolución del país y a la creación de nuevos estados.
Este año me hacía mucha ilusión volver a pasear por algunas de aquellas ciudades croatas que me encantaron, y descubrir algunos lugares que en su momento no pude visitar.

Qué ver y cuánto tiempo destinar a Croacia.
Croacia tiene tantos atractivos que tendréis que dedicar más de dos semanas si queréis conocer todo el país, y eso sin tener en cuenta que podéis hacer incursiones a los países vecinos como Montenegro, Eslovenia o Bosnia Herzegovina.
Si disponéis de unos diez días y queréis centraros en el norte podéis conocer la capital Zagreb, las ciudades de Osijek y Varazdin, la península de Istria con lugares como Rovinj, Porec, Pula, Rijeka o la isla de Krk, visitar la ciudad italiana de Trieste o combinar el viaje con Eslovenia.
Si queréis conocer el sur y no queréis moveros mucho de la costa se puede iniciar el viaje en Dubrovnik, visitar algunas islas como Korçula o Mljet y también realizar excursiones a Montenegro o Bosnia. Después desplazarse a Split y continuar hasta ciudades como Trogir, Sibenik y Zadar, visitar parques nacionales como los de Plitvice, Krka o Plakenica o relajarse en las islas de Hvar, Brac o Vis.




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Pueblos de la Isla de Hvar

En la isla croata de Hvar podemos visitar otras localidades además de la capital de la que os hablaba en la entrada anterior. La isla es lo suficientemente grande para tener que buscar algún medio de transporte para movernos fácilmente. En un principio pensamos alquilar un coche para un día, pero los precios son bastante altos comparados con los del resto del país. Existe una red de autobuses que permiten moverse entre la capital y el resto de pueblos. La frecuencia de servicio es muy limitada por lo que necesitaréis la lista de horarios que os proporcionará la oficina de turismo junto al puerto de Hvar.

Nosotros tomamos un autobús hasta Stari Grad en la zona norte de la isla. El nombre de esta pequeña ciudad significa "vieja ciudad" pues está considerada como el primer asentamiento humano en la isla. Está situada en una preciosa bahía que ha sido utilizada como puerto desde el siglo IV antes de Cristo. En esta localidad podemos alquilar bicicletas y obtener planos para realizar un recorrido por la interesante "llanura de Stari Grad". Este paisaje agrícola sigue en uso desde la época griega y mantiene parte del trazado original, por lo que fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 2008. Nosotros hicimos un pequeño recorrido caminando pero lo ideal es apuntarse a una ruta organizada de cicloturismo para conocer mejor los detalles históricos de este sistema agrícola.



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La ciudad de Hvar

Uno de los grandes atractivos turísticos de Croacia es su larga costa y las islas que la bordean. Se ha calculado que hay casi unas mil islas e islotes, pero solamente un pequeño grupo están habitadas. Hay islas para todos los gustos; desde archipiélagos con gran interés paisajístico como Mljet y su Parque Nacional, a otras con un pasado histórico importante como Korçula donde supuestamente nació Marco Polo.
Después de pensarlo un poco nosotros decidimos visitar la isla de Hvar que últimamente se ha puesto de moda. Esta isla es uno de los destinos preferidos por la gente joven, pues se han abierto varios restaurantes y locales de copas donde acuden algunos famosos en sus yates de lujo.




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Viaja a Croacia con niños en tu propio coche

Croacia es un destino muy interesante para compartir con niños. Para los adultos se trata de un viaje tanto cultural como de naturaleza y diversión, al tiempo que los niños pueden encontrar muchos momentos y actividades de su interés. Sin embargo, salvo alguna excepciones, no lo considero un destino interesante como turismo de playa, aunque si es un paraíso para la navegación.

La propuesta es ir desde España en tu propio coche. Puede parecer una locura, pero no lo es ... ¿cual es el plan?. En coche a Barcelona, coche al Ferry y hasta Roma. Luego San Marino,Venecia, Eslovenia, Croacia, .....  (ver organización abajo) ..... escapada a Mostar (Bosnia), y vuelta por Montenegro y Albania. Desde Durres (Albania) coche al Ferry y hasta Bari (Italia), luego a Roma y barco de vuelta a Barcelona..... ya está.



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Dubrovnik: cuna de las corbatas y los dálmatas

Dubrovnik es una ciudad que lo tiene todo: historia, buena comida, playa, buen tiempo y fiesta. ¿Qué más se puede pedir? No me extraña que su apodo sea La perla del Adriático. Para mí, es una de las ciudades más bonitas en las que he estado. Y si vais ahí sabréis el por qué. Cuesta creer que en 1991 fuera bombardeada y casi destruida, ya que la han reconstruido a la perfección. La única pega que puedo encontrar a esta belleza de ciudad es que hay demasiada gente. Pero no se puede tener todo.

De esta región son originarios esos perritos con manchas y también las corbatas. Se empezaron a usar aquí porque las mujeres se las daban a sus enamorados cuando se iban a la guerra, para que tuvieran algo de ellas. En un principio eran pañuelos atados al cuello de los guerreros, pero más tarde pasaron a tener la forma que hoy todos conocemos. Curioso ¿verdad?



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